Estamos reunidos, en ese momento despidiendo a un ser querido,
cuando asistimos al Adios quiero pensar que la laxitud,
el cansancio, la tristeza que nos embarga,
ese sentirnos agotados finalizada la ceremonia,
tiene su valor, que contribuimos con nuestra energía,
a sostener, ayudar, revitalizar a aquellos,
los que se quiebran una y cien veces,
desgarrados en sollozos ante su enorme perdida.
Quiero pensar que logramos entre todos,
amortiguar algo ese dolor . . .
Quiero pensar que brindamos consuelo,
reconfortamos en algo ese duro momento . . .