Canta el viento en las hojas
concierto de agua permanente
atrapa el paisaje la mirada
profunda cual quebrada reflejada.
Exige como la vida misma
arduas son las subidas
más te hace sentir muy viva
la sangre fluye con prisa.
La precisión del descenso
atento al paso por paso
no confiarse, disfrutarlo
desafío controlarlo.
El descanso apacible
mate amargo saboreado
la llovizna intensifica
el perfume del campo.
Respiramos profundamente
de aire puro llenamos
cuerpo y alma
rebozan de calma.
Un relincho, las rocas,
la chicharra, los cactus
rosa mosqueta,jarilla,
el repicar de los cascos,
flores silvestres, plumeros,
grillos, libélulas,
el trinar de las aves,
mariposas por doquier,
agua fría en la piel,
un regalo a los sentidos . . .
por los cerros servido.
Noto que tu montaña se cruza en espacios con mi montaña, y es ahí que descubro que no es que la montaña le pertenezca a uno, sino uno a la montaña. Gracias por tu presencia y este espacio donde las palabras se vuelven latidos. Saludos
ResponderEliminarCarlos S. Donum
Muchas Gracias Carlos
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