En el Valle,
donde crece
silvestre la
Rosa Mosqueta.
De la ruta
adentrando el
camino de tierra
llegabas.
Y ahí estaba,
un cuenco,
el río, diquecito,
y el puente.
El puente parecía
encantado, mágico,
agua helada,
la playita creada.
A la vera las casillas,
dormitorios comunitarios,
más arriba las cabañas,
y en lo alto zona de carpas.
El comedor . . .
suspendido sobre el río,
música de fondo,
agua cantarina.
Montar a caballo a pelo,
en traje de baño,
galope tendido,
saliendo con permiso.
Acariciar un pumita
extraviado, sólo poco,
al monte regresarlo,
su madre va a encontrarlo.
La Riojita . . .
un cuenco de historias de vida.
02/04/2010
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